


Como todo Monasterio Benedictino, nuestra Comunidad está asentada sobre 3 columnas: la oración, el trabajo y la acogida.
En la oración seguimos los ciclos de la Liturgia de las Horas, la eucaristía y en la Lexis que es una lectura reposada, gratuita y pensada, de la Sagrada Escritura.
En el trabajo la elaboración de confituras y trabajo en el campo. El trabajo tiene también la dimensión social que el Monasterio, no sea carga para nadie; ganarse el pan de cada día y al mismo tiempo poder ayudar a los más necesitados.
La acogida es una parte importante también de nuestra vida; es un servicio, que nos hace vivir abiertas a todo el mundo que toque a la puerta del Monasterio, compartiendo lo que tenemos. San Benito, a la regla, nos recuerda que todos los forasteros que se presentan, deben ser acogidos como Cristo, ya que él un día dirá: "Era forastero y me acogisteis".


